viernes, febrero 09, 2007

Una cosa es ver; otra es mirar

Estoy sentada frente a mi ordenador, mis manos huelen a nata y de mis ojos quieren salir lágrimas a borbotones...Me siento desganada, triste sin motivos (que es la peor de las tristezas, según algunos), cabreada, harta y por que no decirlo, hasta el culo.
Hoy todo a transcurrido conforme a lo previsto, no ha ocurrido nada especial; a decir verdad estoy así desde anteayer. Fui a almorzar al comedor, lo ví y lo detesté al instante y me odié a mi misma por etiquetarlo y descartarlo, como quien descarta el zumo de frutas al mirarlo con el rabillo del ojo en la estanteria del supermercado. Me dijé a mi misma que no era quién para juzgarlo, ni siquiera lo conocía y al tiempo, recordé que conocia muy bien a los de su calaña, demasiado bien...En un nanosegundo supé de dónde era, todo él lo gritaba, su tez, su cabello, su ropa; volví a decirme que no lo conocía y que etiquetar era repugnante; de repente escuché su risa, su voz proveniente de la mesa contigua, su "seguridad", su "saber estar", su impecabilidad, su "ser tan guay" y me di cuenta que el olfato está vez no me había fallado...Odiaba, detestaba visceralmente a los prototipos de su especie, a esos seres que deambulan en manada y conocen perfectamente el juego social. Quería gritarle, echarle, sacudirle, manchar de salsa su camiseta, arrugar sus vaqueros, hacerlo humano, despertarlo, traerlo a la "realidad" con un apasionado beso; a que esto último no se lo esperaban, es que para qué negarlo su empaque está demasiado bueno y yo tenía muchas ganas de convertirlo en sapo...
Ya es un sapo, que se regodea en sus colores vistosos, en su croar llamativo, más él se cree un príncipe;un príncipe que me hizo revivir momentos ingratos de tiempos ¿ lejanos?, ¿cercanos?, ¿reales?, ¿imaginarios?...
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Recordé "el cuadro", una pintura que me regaló mi madre hace un par de años, no me gustó porque sentía que representaba mi yo ideal según ella, como quería que fuese y como nunca iba a ser, la tía del cuadro lucía discreta, moderada, alivianada, despreocupa, coqueta y para colmo era rubia con los ojos verdes...(Huelga decir, que yo soy morena con ojos marrones)
Pues, resulta que en diciembre volví a ver el dichoso cuadro al salir de mi habitación, mofándose de mí, regañandome y yo con ganas de tirarlo; luego fui a la habitación de mi madre a ayudarla a arreglar unas fotos, tomé una tipo carné de ella 20 años antes, la miró y me dijó:
- Ese era mi color de cabello natural,¿te acuerdas?
- No, tu pelo natural es castaño y en esa foto es rojo,
te lo habrás pintado.
Repentinamente, mi padre entró y me dijó: - Tu madre es pelirroja...
Y al volver a mi cuarto volví a ver el cuadro, lo miré y me di cuenta que la chica de la pintura no era rubia, era pelirroja, me fijé en su melancolía, en su miedo, en la tristeza de sus ojos y por fín, noté que era un autoretrato...

2 Comments:

Blogger Brithuss said...

Querida Themis:
Te devuelvo tu cortés visita. Por supuesto que puedes linkearme. Será un honor. Estaré encantado de que sigas participando en esa pequeña comunidad que tengo en las mazmorras de mi castillo. Cuando tenga tiempo y paciencia te leeré de manera íntegra. De momento, este post está genial. Un saludo

L.B.

8:38 p. m.  
Blogger Themis said...

¡Gracias!, César...¡Ups!, que digo Lord Brithus, como ves ya te he "linkeado".
Un saludo

10:52 p. m.  

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